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La rentabilidad de una inversión segura suele ser inferior a la de otras alternativas más arriesgadas, pero sus garantías de protección cautivan a muchos ahorradores
Hay personas que prefieren dejar las apuestas para el casino. En el mundo de la inversión se juega con un recurso muy delicado: los ahorros de los ciudadanos. Y nadie desea ver cómo su patrimonio decrece de la noche a la mañana. Por esta razón, multitud de inversores se hallan en busca de una inversión segura. Pero no siempre es sencillo encontrarla.
Generalmente, el entorno financiero se asocia a grandes fortunas y a hombres de negocios trajeados en Wall Street. Sin embargo, infinidad de personas deciden invertir su capital con el objetivo de multiplicarlo, desde estudiantes hasta propietarios de pequeños negocios. Individuos normales y corrientes que trabajan duramente para conseguir ese dinero y que no disfrutan de un colchón económico que les respalde en caso de que se produzcan pérdidas, por lo que están más expuestos a los riesgos de las inversiones.
Este perfil de inversor, que es muy habitual, no está dispuesto a poner en juego su estabilidad económica. Por este motivo, prefiere inyectar su patrimonio en una inversión segura, es decir, en un producto caracterizado por un bajo nivel de riesgo.
Y, si bien es cierto que en el ámbito financiero no existe la seguridad absoluta, es posible señalar un conjunto de claves que resultan de gran utilidad para encontrar una inversión segura en la que depositar el dinero.
1. Buscar productos con una liquidez elevada
La liquidez es uno de los pilares de cualquier inversión. Pero, ¿en qué consiste realmente? Este término indica la capacidad de un determinado bien de ser convertido en efectivo de forma rápida.
Las acciones, por ejemplo, son un activo bastante líquido. Una vez se ponen a la venta, no suelen tardar en ser compradas, brindando al propietario el dinero en efectivo correspondiente. Por el contrario, el proceso de compraventa de los bienes inmuebles es mucho más complejo y prolongado, de ahí que su liquidez sea menor.
Por norma general, una mayor liquidez se traduce en un menor riesgo ya que, si surge cualquier contratiempo, el poseedor del bien no debería encontrarse con muchos obstáculos a la hora de transformarlo en dinero. Por consiguiente, un producto con una liquidez elevada estará más cerca de ser una inversión segura.
No obstante, es primordial tener presente que esta no es una regla infalible, pues siempre entran en juego otro tipo de variables que condicionan el riesgo de las operaciones.
2. Huir de los activos con un alto nivel de riesgo
El matemático Edward Norton Lorenz ya se preguntó en los años 60 si el aleteo de una mariposa en Brasil podría desencadenar un tornado en Texas. Este fenómeno, conocido como efecto mariposa, ejemplifica a la perfección lo volátiles e influenciables que son muchas inversiones.
Cuando se habla del riesgo, se suele asociar con variables como la liquidez y la rentabilidad. Si la primera es baja y la segunda alta, el riesgo tiende a ser mayor. Pero en realidad existen infinidad de factores que inciden de manera directa e indirecta en el valor de los productos, especialmente cuando se trata de instrumentos de renta variable.
Si la empresa se ha visto envuelta en polémicas por malas prácticas, el sector al que pertenece atraviesa una crisis o el gobierno planea aprobar una ley que la perjudica, es probable que no se trate de una inversión segura. Por esta razón, es recomendable que los ahorradores investiguen la situación en la que se halla la compañía que desean financiar y no se limiten a comprobar la rentabilidad que proporciona.
Muchas veces, un interés elevado trata de compensar un riesgo aún más elevado.
3. Apostar por instrumentos con una rentabilidad fija
Como acabamos de mencionar, los productos caracterizados por la rentabilidad variable dependen del estado actual de la organización y de su entorno. Por consiguiente, los inversores con un perfil más conservador suelen escoger mecanismos basados en la renta fija, como las Letras del Tesoro o los depósitos a plazo fijo.
Pero, ¿por qué resultan tan atractivos? Estos activos le muestran al inversor cuál será su rentabilidad antes de iniciar la operación. De este modo, el ahorrador conoce de antemano las ganancias que obtendrá, una garantía de tranquilidad muy valiosa, puesto que no tiene que estar pendiente de la evolución de los mercados para saber cuándo debería retirar su inversión.
Asimismo, esta clase de productos garantiza a las personas el retorno de su capital. Es decir, una vez finalizado el plazo acordado, podrán disfrutar de los beneficios prometidos en un inicio. Por este motivo, se elevan como una inversión segura para los ahorradores que desean proteger su dinero y evitar los riesgos a toda costa.
Al mismo tiempo, saber el interés fijo desde el primer momento es clave para diseñar estrategias de inversión inteligentes que se adapten a las necesidades de cada inversor, huyendo de la incertidumbre y gestionando de forma eficaz su economía personal.
4. Diversificar, diversificar, diversificar
La mejor inversión segura no se escribe en singular. Y es que cuantas más inversiones realice una persona, más protegido estará su patrimonio.
Si centraliza todo su dinero en un único producto y éste aumenta de valor, los beneficios serán muy sustanciales. Pero si entra en pérdidas, las consecuencias pueden ser devastadoras. Por eso, uno de los consejos más repetidos entre los ahorradores es el de diversificar las inversiones para reducir el nivel de riesgo.
De esta manera, a pesar de que uno o varios productos disminuyan de valor, esta caída se compensa si los otros reportan ganancias. El golpe en la cartera del inversor se amortiguará y la suma total todavía podría ser positiva.
Además, para reforzar todavía más los muros de protección, es aconsejable combinar este consejo con los anteriores, de modo que al menos varios de los activos escogidas tengan una liquidez alta, sean de rentabilidad fija y no pertenezcan a empresas o sectores en crisis.
5. ¿Una inversión segura en la financiación alternativa?
La inversión segura no es exclusiva de los sistemas convencionales. Los canales de financiación alternativa pueden ofrecer garantías de seguridad igual o más robustas, mejorando a la vez las condiciones de la operación. Y el crowdfactoring es el ejemplo perfecto.
Este es uno de los métodos más conocidos, mediante el cual los ciudadanos unen esfuerzos para adelantarle a las empresas el importe de sus facturas. Es un win-win: las firmas obtienen liquidez en momentos cruciales, y los inversores son recompensados con un interés al cabo de poco tiempo.
Estas operaciones tienen lugar en plataformas de financiación alternativa como Inversa, un marketplace online de facturas donde, además, se detalla el nivel de riesgo asociado a cada organización, con el objetivo de incrementar la transparencia y ayudar a las personas a encontrar una inversión segura que se adecúe a sus necesidades.
La duración de esta clase de operaciones no suele exceder los tres meses, por lo que son una alternativa idónea para todos los ciudadanos que desean aumentar su patrimonio de manera rápida desde su hogar, pero sin renunciar a la seguridad.
Aunando estas cinco recomendaciones será más sencillo dar con una inversión segura que no ponga en riesgo los ahorros del inversor.